martes, 10 de agosto de 2021

COLOMBIA Y LAS PROTESTAS DEL 20/07/2021

Por: Emilio Doñe (19-07-2021)

El pasado 28 de abril de 2021 en Colombia, la propuesta de una reforma tributaria abrió la caja de pandora de los grandes males que afectan al país sudamericano, como son:
La injusticia, exclusión social, impunidad, corrupción y una violencia muy intrínseca en una sociedad con décadas de conflictos armados a su espalda.
La nación jamás había vivido unas protestas tan participativas y prolongadas. Dejando a su vez un balance de decenas de muertos, marchas y un diálogo hasta el día de hoy en suspenso, y sobretodo quedan muchas promesas por cumplir.
Y todo esto, está llamando a proseguir el próximo 20 de julio de 2021, día de la independencia de Colombia y fecha en que los organizadores de las protestas anteriores se han propuesto retomar las calles. Lo que nos mueve a preguntarnos como país vecino de Colombia, ¿Dónde radica el descontento social de los colombianos? ¿Qué exigen los colombianos? Y en especial, ¿Existen perspectivas de que se cumplan sus reclamos?
Para tener respuestas, prudente es recordar que la gota que derramo el vaso, fue cuando el presidente Iván Duque presentó una reforma tributaria con el fin de sanear las arcas públicas del estado colombiano. Para dicha meta, se pretendía gravar en ese momento con un 19% IVA la canasta familiar y servicios básicos como la electricidad y el agua.
Todo ello, en un momento en el que la crisis económica generada por la pandemia ha disparado la pobreza en Colombia a niveles de hace una década, alcanzado al 42% de la población, dejando a un tercio de los jóvenes colombianos sin empleos, mientras a la par las grandes fortunas disfrutan de muy buenas exenciones fiscales.
Haciendo de Colombia el segundo país más desigual de la región.
Sin embargo, la reforma tributaria no ha sido lo único que motivó las protestas, los colombianos también se quejan de un sistema de salud deficiente ante la crisis sanitaria del covid-19, piden el cumplimiento total del acuerdo de paz, que pese a estar firmado, han sido asesinados, ya más de 1000 lideres sociales y 300 excombatientes luego de la firma del acuerdo de paz. De igual, se pide el fin de la violencia desmedida por parte de la policía militarizada.

Estas situaciones generaron que miles de personas acudieran al llamado de movilización de varios sindicatos y centrales obreras del Comité Nacional de Paro, formado en el Paro de 2019. Uniéndose jóvenes, estudiantes, sectores sociales sin filiación ideológica, organizaciones indígenas y miembros de la llamada primera línea.
En ese momento el paro se extendió por todo el país, con bloqueos y marchas mayoritariamente pacíficas. Aunque también se registraron actos de vandalismos, saqueos y civiles armados, siendo Cali la capital de la resistencia en las protestas.
Protestas que al final provocaron que Iván Duque retirara en pocos días la controvertida reforma tributaria y que dimitiera el ministro que promovió la reforma. Duque también militarizó las calles y decretó el toque de queda en varias ciudades del país.
La mano dura de la policía y la unidad antidisturbios ESMAD, fue objeto de denuncias sobre el uso indiscriminado de armas de fuego contra la población civil y por generar múltiples muertes, que la defensoría del pueblo colombiano cifró en 60, mientras algunas ONG las contabilizaron en 75 muertes; también se contabilizan más de 2000 heridos, más de 300 desparecidos y violaciones.
La ONU, la CIDH, EEUU, la UE y varios países latinoamericanos, exigieron durante las protestas, el respeto de los derechos humanos por parte de la fuerza pública. Reavivando esto, el debate sobre la necesidad de una reforma integral de la policía colombiana, que desde hace más de 50 años depende del ministerio de defensa.
Tras una paralización total de la economía que dejó cada día millones de pesos en pérdidas, el gobierno se vió en la obligación de sentarse a dialogar con el Comité Nacional de Paro, consiguiendo que también se retire la reforma de salud en el congreso, ya que dicha reforma de salud según sus críticos privatizaría aún más, un sistema de salud colombiano ya altamente tercerizado.
El pasado de 6 de junio el Comité Nacional de Paro se retiro del dialogo, según ellos, ante la falta de compromiso gubernamental para garantizar el respeto a la protesta pacífica y semanas después levantaron el paro nacional. A dicho levantamiento, le siguieron protestas independientes que siguen ejecutándose hasta el día de hoy.
En fin, las exigencias que quedaron en el aire fueron varias, entre las que están: una renta básica para las clases más desfavorecidas, matricula cero para los universitarios, subsidios a las pymes, la eliminación de una normativa que limita las condiciones laborales.
Todas esas reivindicaciones, el Comité Nacional de Paro espera llevarlas el próximo 20 de julio al congreso colombiano, con el fin de convertirlas en ley. Esas reformas de aplicarse, según diferentes cálculos tendrían un costo de entre 15, 000 y 20, 000 millones de dólares anuales, cifras que multiplican el recaudo previsto en la reforma tributaria retirada. Lo que nos hace en esta ocasión cuestionar ¿si las reformas son realistas y financiables a corto plazo?
Dada la coyuntura económica actual en Colombia, que existe una desaceleración del crecimiento económico, resulta difícil que se concreticen esas reformas, pues además existen dificultades de recaudación de impuestos, por la cantidad de comercios que cerraron por la pandemia, situación que afecta la sostenibilidad en el tiempo de cualquier programa económico.
De igual, surge la presente incógnita: ¿falta voluntad política para cumplir las exigencias que por décadas llevas exigiendo la ciudadanía colombiana?
La realidad es que si, ya que el partido de gobierno tiene mayoría política en el congreso y de no responder las exigencias en esta coyuntura, sería crear las bases para que en las venideras elecciones presidenciales de marzo de 2022, los votantes colombianos se puedan decantar en las urnas por un liderazgo un tanto radical y que prometa romper con el sistema actual.
Cabe decir que Brasil apunta el mismo camino, ya que todas la proyecciones indican el retorno de Lula da Silva a la presidencia en 2022 y en primera vuelta.
Es importante seguir orando por la paz de las naciones, por nuestra patria República Dominicana, que en venideros meses el actual gobierno debe presentar una reforma tributaria.
Muchas gracias, mis disculpas por las posibles faltas ortográficas; Dios los bendiga y espero que con este escrito nos les tome por sorpresa cualquier hecho turbulento que pueda ocurrir en Colombia esta semana o venideras semanas.

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