martes, 2 de febrero de 2021

TIMOTEO, EJEMPLO JUVENIL.

Por: Emilio Doñe

En la ruta del primer viaje misionero de Pablo, uno de los lugares que visitó fue Listra; predicando allí hizo un milagro de sanación a un inválido (Hechos 14).
Lo cual generó que muchas personas desearán realizar sacrificios en honor a Pablo y Bernabé que era su acompañante, ya que la gente confundió a Pablo con el dios Hermes y a Bernabé con Zeus, producto de la creencia local de que dioses le habían visitado en el pasado, por medio del uso de cuerpos humanos.
Sin embargo, esa no fue la creencia de personas como Loida y su hija Eunice. Para ellas fue de gran bendición la presencia de Pablo y Bernabé, ya que escucharon de ambos el mensaje sobre Jesús y como cumplió las profecías de él.
Algo que de seguro les gusto bastante como conocedoras en ese entonces de los santos escritos hebreos. Pero, esa visita de Pablo y Bernabé demostró que ser cristiano no es todo color de rosas, ya que algunos judíos radicales alborotaron a ciertas personas, las cuales terminaron apedreando a Pablo, al punto que casi lo dieron por muerto.
No obstante, nada de eso desanimaba a Pablo en su labor, sino que le hacía animar a los nuevos cristianos en que la esperanza que tenían para el futuro era tan maravillosa que hacía que los sufrimientos del momento valieran la pena.
Todos esos sucesos impactaron en la vida de Timoteo, el nieto de Loida e hijo de Eunice, en especial ya que Timoteo había sido formado por su madre y abuela en una educación judía, que incluía el aprendizaje de las sagradas escrituras.
Esos aprendizajes más el ejemplo de Pablo, hizo que en el intervalo de tiempo del primer y segundo viaje misionero del apóstol, Timoteo creciera en madurez y que sus hermanos se llenaran de elogios y le valoraran como una persona adecuada para el ministerio, pese a su juventud.
Estos buenos comentarios hicieron que Pablo tuviera buena consideración de él y lo sumara como acompañante en medio de su segundo viaje misionero. Al punto que muchos lo consideran el favorito de Pablo, el reflejo más auténtico del apóstol.
Timoteo estuvo con Pablo mientras escribió Romanos, 2 Corintios, Filipenses y Colosenses; también acompaño a Pablo en gran manera, que cuando se escribió 1 Timoteo, el joven tenía quince años como asiduo compañero del apóstol. De igual, le sirvió con frecuencia al apóstol Pablo en el fortalecimiento de la iglesia primitiva y solución de sus conflictos.
Por eso, Timoteo es un personaje relevante en el Nuevo Testamento, pues se le cita 17 veces en las epístolas paulinas, 6 veces en el libro de Hechos y una vez en Hebreos, lo que demuestra su relevancia histórica para Pablo, tal y como se puede visualizar en Filipenses 2, por el magnífico elogio que le da Pablo.
En fin, Timoteo es un gran ejemplo a seguir en los tiempos actuales, en especial para nosotros los jóvenes. El significado de Timoteo es "aquel que siente amor o adoración por Dios", algo que Timoteo dejo más que evidenciado con su ejemplo de una fe autentica, convicción valiente, apego a los principios bíblicos, obediencia humilde y gran capacidad de servicio.
Se dejó siempre guiar por Pablo y a pesar de la falta de integridad y creencias de miembros de la iglesia de Éfeso, donde le toco liderar, Timoteo no se dejó contaminar ni suavizó el mensaje de la fe, aun cuando le costará la vida. Pues, al final terminó martirizado en Éfeso décadas después por oponerse a la adoración de dioses falsos.
Lo cual convirtió a Timoteo en un extraordinario ejemplo, pues este episodio, se sumó al hecho de que Timoteo no dejo que existieran limitaciones para servir a Dios. No permitió que el crecer en un hogar dispar le afectará, ni tampoco utilizó su corta edad de excusa para no demostrar estar comprometido con la fe.
Ciertamente la sociedad ha generado la creencia mental, aún dentro de las iglesias, de que los jóvenes disfrutemos el momento, que solo vivamos para nosotros mismos y que nos entreguemos a las pasiones vergonzosas del mundo; pero todos debemos seguir el ejemplo de Timoteo.
Pedir al Padre Celestial, para que en su soberana gracia, nos use para la edificación de su pueblo y la salvación de los perdidos. Pedirle al Padre Celestial, para que dentro de nuestras actividades diarias nos levante como jóvenes dedicados a la santidad y a las cosas de su Reino.
Al igual que hizo con jóvenes como José, Samuel, Josías, Daniel, la criada de Naamán y muchos más, ya que la edad no es una barrera para los planes que Dios tiene para nosotros.
***Foto: Tomada de Google Images.
Muchas gracias, Dios los guarde y que tenga un feliz resto de la noche.

¿A QUIÉN PERTENCE JERUSALÉN?

Por: Emilio Doñe. 

La discusión sobre a quien pertenece la ciudad de Jerusalén es un debate milenario. Sin embargo, más que opiniones, lo que debe imperar o da una respuesta concreta a esta pregunta es la historia y cada uno de sus hechos registrados. Pues, son estos los que vienen a explicar nuestro presente, justificando los más elementales derechos.
Hubo una época en la que el pueblo hebreo dejo de ser un conjunto de tribus dispersas para convertirse en una nación. Aquel fue el período de los reyes de Israel y en esos años de estabilidad gobernó el rey Saúl, David y Salomón.
De hecho, el Rey David hizo de Jerusalén la capital de Israel y a partir de ahí miles de elementos y objetos arqueológicos brindan pruebas de esta presencia, la presencia de los judíos en Judea.
No obstante, la prosperidad tuvo fecha de caducidad y tras la muerte del rey Salomón en el año 932 antes de Cristo, se produjo el caos del reino. Las tribus de Israel se separaron y el reino de Israel se dividió en dos.
Poco más de tres siglos después Nabucodonosor II invadió la región, en esa invasión el primer templo fue destruido y el pueblo judío sufrió un exilio masivo (este acontecimiento es clave, ya que marca uno los tres tiempos en que se divide el Antiguo Testamento, el cual se divide en pre exilio, exilio y pos exilio).
Cuando el pueblo judío tuvo la oportunidad de volver, gracias a que el rey Ciro II y su imperio persa diera permiso, el segundo templo fue de nuevo construido y con ello el judaísmo en Judea tomo de nuevo su camino.
Pero, en el año 70 después de Cristo, el templo de los judíos fue de nuevo destruido, esta vez por órdenes de quien se conoció como el emperador romano Tito.
Décadas después los judíos se rebelaron contra los romanos por última vez (la rebelión de Bar Kojba), la rebelión fue un fracaso que sólo agravo la desafortunada situación de la minoría judía, un fracaso que provocó la expulsión de los judíos de Judea de manera definitiva.
Finalmente, los romanos cambiaron el nombre de Judea por el de Siria Palestina, creyendo que con esto el pueblo judío quedaría desarraigado de su tierra prometida.
Acción que termino muy alejada de la realidad, pues durante 2000 años los judíos han rezado con dirección a su tierra ancestral y año tras año profesaban en voz alta su anhelo de regresar. En una corta pero profunda frase: "El próximo año en Yerushalaim".
Es cierto que distintos pueblos e imperios conquistaron Jerusalén y la dominaron en distintos momentos del tiempo, pero también es cierto que ningún pueblo ni imperio nombró a Jerusalén como su capital.
Pasaron por la región babilonios, persas, griegos y romanos; también pasaron bizantinos, musulmanes y otomanos, y ninguno, absolutamente ninguno nombró a Jerusalén como su capital. Todo lo contrario, la ciudad siempre vivió abandonada y hasta fue terriblemente maltratada por las cruzadas.
En los tiempos actuales en que el pueblo judío vuelve a reclamar a Jerusalén como su capital, se despierta un debate acalorado y hasta violento.
Sin embargo, cuando se parte del marco histórico, muchos entienden que la inmigración judía a Palestina en el siglo XIX y XX no fue una invasión sino más bien un regreso.
Porque, aunque ciertamente esa tierra se llamaba Palestina, también se debe reconocer que esa tierra se llamaba Judea antes de ser llamada Palestina. Y se llamaba Judea por el simple hecho de que eran los judíos los que allí vivían.
*Decidí obviar la parte religiosa para abordar este tema desde lo histórico, pero a quien pueda interesar es importante resaltar que Jerusalén nunca sale citada en el Corán, contrario a la Biblia donde el nombre Jerusalén aparece 631 veces en el Antiguo Testamento y 146 veces en el Nuevo Testamento, para un total de 772 veces.
Muchas gracias y espero sirva el presente para arrojar un poco de luz sobre este tema generador de muchos debates, ya que la ciudad de Jerusalén al final es considerada sagrada para los judíos, musulmanes y cristianos.