Por: Emilio Doñe (11 febrero 2021)
Sin duda alguna Judas conocía la forma correcta de actuar, pues desde niño había oído la ley del Padre Celestial, la palabra correcta, en la que estaba plasmada múltiples mandamientos como el de no robar (Éxodo 20).
La Biblia nos muestra que Judas, era un siervo fiel de Jesucristo, lo que le hizo ganar uno de los puestos del apostolado. Por otro lado, a Judas le correspondió administrar los fondos comunes de Jesús y los 12 apóstoles.
Labor que muestra el nivel de confiabilidad que tenía Judas, en especial si recordamos que el apóstol Mateo, era un hombre de experiencia con el manejo del dinero y las cifras. Y pese a ello fue excluido de esa función.
No obstante, y pese a lo anteriormente expresado, Judas se convirtió en una persona egoísta, engañosa y llena de codicia.
Es muy importante, que en los tiempos actuales, que se empuja tanto al yoismo, pensemos en el pequeño Judas que cada uno de nosotros contiene en su interior, pedir la guía a Dios, para que siempre nos ayude a tener la capacidad de elegir la lealtad a El, por encima de nuestro propio interés.
Pues todos tenemos la capacidad de traicionar, de vender, de elegir el propio interés. Judas, ¿Dónde estás?
Foto: Google Images
Muchas gracias y que Dios le conceda un excelente resto de la noche.
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