PATRIA NUEVA

“Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos.” Juan Pablo Duarte

Escrito por: Emilio Doñé

Yo nací en suelo quisqueyano, República Dominicana, un lugar de radiante esplendor y donde todos los problemas e infortunios, han sido solucionados y superados, por el arduo trabajo y hermandad de sus habitantes. Mi país es una sociedad libre y democrática donde las personas pueden vivir juntas, con armonía e igualdad de oportunidades y derechos.

Todos mis compatriotas reciben una formación educativa que les permite desarrollar sus capacidades y les asegura a futuro un trabajo digno, porque “Educación, educación y educación” es el ideal por el cual vivimos y es la frase que reina por doquier, ya que el tener acceso a una buena y digna educación, nos ha mantenido las puertas abiertas hacia un mejor porvenir. Además, esto ha provocado como resultado, que los actuantes de esta sociedad, en lugar de preocuparse únicamente por su entorno personal, se ocupen y pongan por encima el entorno colectivo.

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El desarrollo de nuestro sur territorial, con una San Cristóbal que favorece el sector industrial y un San Juan que abastece el mercado agrícola, en base a sus rubros de producción y de mayor preponderancia en su tierra, y con gente de satisfacción plena, al igual que un Puerto Plata, dotado divinamente de hermosas condiciones turísticas, poco comunes en el mundo, son la más obvia muestra de que esta es una sociedad fundamentalmente igualitaria, donde no existe la propiedad privada, ni el dinero, sino una vida sencilla y sin lujos.

Donde, el trabajo es obligatorio para todos y todas, en las actividades productivas que constituyen la estructura económica de nuestro sistema. R. D. una sociedad, donde se atiende a las necesidades individuales y colectivas, ello hace que el desempleo este muy reducido y que el ideal de producción este tan desarrollado de modo tal, que todo mundo tenga sueldos equitativos. La jornada laboral es de 25,3 horas semanales.

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La inflación está controlada, al ser beneficiadas o respondidas las necesidades verdaderamente naturales y racionales de cada individuo, pues se vive en un sistema económico regido por los valores y la filosofía individual. Donde no hay agresión al planeta a la hora de obtener materias primas, si se corta un árbol, se siembran dos, siguiendo así, la máxima de dar más al entorno de lo recibido por él, y no hay especulación ni bancos especulativos, con intereses abusivos que lleguen a despuntar la banca ética y empobrecer a nuestros compatriotas.

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La corrupción en el gobierno está ausente, ya que los cargos son electos y todos los derechos y deberes son iguales para cada persona, ya que todos aportan al buen funcionamiento del estado, según sus posibilidades.

Existen dos partidos políticos y ninguno de ellos, en sus años de historia, ha sumido en guerras civiles a nuestra nación. Nuestra constitución no es modificable en beneficios de intereses personales, y los diferentes líderes sociales, se aúnan en beneficio de la patria.

La delincuencia adjunta a la violencia y los robos, no existen, porque todos tienen lo que desean y se han eliminado los prejuicios sociales, sobremanera el racismo, en especial haitiano. Los servicios básicos de electricidad, agua, recogida de basura e internet, son muy eficientes, ya que nuestra misma sociedad abastece las necesidades básicas, intercambiando materia y bienes manufacturados a modo de trueque, entre diferentes miembros, sin intereses ni especulación.

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Cabe enaltecer, que nadie desea nada material innecesario, sino solamente un hogar en equilibrio con el planeta, con medios de transporte limpios, una vestimenta, y todas las herramientas necesarias para su trabajo diario, que a su vez no haría falta ni que fueran de su propiedad o de alquiler, porque sabe que lo importante está en el interior, y le gusta ser, más que parecer.

Colorín colorado, esta sociedad perfecta se ha acabado, con la esperanza y a la espera de que todos los dominicanos y dominicanas de bien, se unan a este proyecto y puedan ser parte del cambio que tanto necesita nuestro rico y bello país, la República Dominicana.

Muchas gracias y bendiciones, espero que haya sido de grata lectura para usted, estimado lector.

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