En medio, de la agobiante crisis no sólo económica, a pesar de la baja en el costo del barril de petróleo, voces alegóricas aseveran, que el restablecimiento de la relaciones de Estados Unidos con Cuba impactara negativamente a República Dominicana, afirmaciones que al igual que los talentos de una bailarina relucen en una pista de danza, son una clara muestra de las profundas debilidades que tenemos como nación, y las terribles situaciones que azotan al país como un huracán.
Entre ellas el alza anunciada (ITBIS) a los productos de primera necesidad del 11% al 13%, la crónica situación de las instituciones políticas que es la señal inicial de un venidero colapso de los actuales partidos, y la decisión, ante la imposibilidad de alcanzar la meta fiscal en lo referente a las recaudaciones, de mantener en un 18% la tasa de ITBIS que como resultado de la reforma fiscal de 2012, ya pagan muchos productos.
Lo cual vaticina a este 2015 como un año presuroso y más desafiante para el país, donde las decisiones gubernamentales, se harán en base a ganar simpatía electoral, con miras al 2016 y no de generar verdadero desarrollo nacional, contribuyendo a los ya alarmantes niveles de penurias, provocados en su totalidad por la pavorosa existencia de gobiernos que al no hacer frente a las dificultades existentes de manera adecuada, han servido de mafia y prostitución a tales flagelos que van adheridos al problema de la pobreza. Males que sin duda alguna merecen mayor atención, y que mientras aliento de vida exista debemos citar, hasta que surjan compatriotas con un empoderamiento decidido y amor a la patria.
Ante el restablecimiento de las relaciones de Cuba-USA, las concepciones que ganan mayor envergadura entre estas aseveraciones, haciendo de la amenaza algo creíble, son la afectación del turismo nacional por Cuba ser tras la división de nuestra isla, la nueva perla de la Antillas (al tener enormes extensiones de playas), la reducción de firmas de nuestros jugadores a Grandes Ligas, y una competencia notable no solo en la industria, en la medida en que dicho estado inicie a exportar bienes y servicios similares a los de República Dominicana.
No obstante, estos argumentos tienen insuficientes fundamentos, en primer lugar, porque, a pesar de que Obama haya anunciado tras seis décadas de embargo la normalización de las relaciones de ambas naciones, en Cuba en cierto modo reina una dictadura, y las mismas necesitan un enemigo común para poder mantenerse y de restablecerse las relaciones, la misma perdería ese enemigo común. Las dictaduras siempre se presentan como víctimas de una agresión, teniendo así la excusa de prohibir elecciones democráticas, opositores y grupos de prensa independientes, a lo que debemos preguntarnos si el régimen cubano permitirá en realidad el restablecimiento de las relaciones, que han sido ya frustradas en los pasados mandatos de Bill Clinton y Jimmy Carter, aun cuando ve debilitarse a Venezuela y la posible eliminación de los subsidios que les provee.
En cuanto al turismo, esto puede traer grandes beneficios, ya que habrá más flujo de turistas en el Caribe, al crearse la posibilidad del surgimiento de un acuerdo multidestino turístico. De no suceder el acuerdo el impacto sería leve, pero pondría en el tapete las debilidades del sector turismo en nuestra R.D. creando las vías de su fortalecimiento. También, se habla de un duro golpe al béisbol dominicano, en la firma de los jugadores a Grandes Ligas, pero nuestros peloteros son muy buenos.
En segundo punto, la integración es comercio y al evaluar la lista de exportación de bienes actuales, Cuba compite con R. D. en un limitado grupo de productos, tales como el azúcar, cigarros y ron. El restante de las exportaciones cubanas (medicinas, níquel, bienes intermedios hierro, y mariscos congelados) poco se relacionan con las nuestras.
Una Cuba con una economía pujante, más que una amenaza, representa una oportunidad para República Dominicana, ya que de ser un éxito total el levantamiento, los cubanos tendrán que reajustar su aparato productivo, por ser una nación carente de todo, desde una simple aguja de coser al más esencial de sus alimentos, hecho que podría ser aprovechado por el país, debido a que ha mantenido unas relaciones históricas con Cuba que le otorgan ciertos privilegios afectivos, sumado a que R.D. es porción de los 118 países de las Naciones Unidas que en octubre de 2014, por vigésimo tercer año sucesivo, solicitó el fin del bloqueo a Cuba.
En resumen más que el inicio de una nueva etapa, esto aparenta más bien la apertura de un nuevo episodio en una prolongada historia cuyo indudable punto inflexivo posiblemente sea el día en que Fidel y Raúl Castro se mueran. Pues, con el restablecimiento de estas relaciones no se ha pedido que se flexibilicen el régimen cubano y las decisiones se han mas democráticas en la hermana nación.
Por lo tanto, este contexto que no es más que un proceso de conversaciones, y que esperamos pueda concretizarse con la aprobación final del Congreso estadounidense, al ser un hecho positivo, es una llamada a nuestra bella Quisqueya a reenfocar su aparato productivo y fortalecer sus canales de comercialización, aprovechando el espacio que supone el levantamiento del bloqueo económico que Estados Unidos mantiene sobre la isla y que ha desarrollado en el pueblo cubano un alto sentido del aprovechamiento de la oportunidad en su lucha por la sobrevivencia, además como afirmase un poeta, el caribe es la representación de una hermosa ave, donde Cuba y Puerto Rico son las alas, y República Dominicana es el corazón.
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