domingo, 28 de febrero de 2016

La Cigüeña Social

"Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla". Cicerón

Nuestra historia patria según pasa el tiempo, al igual que las estaciones del año a un árbol, ha vivido inmersa en diferentes procesos históricos. Que han traído como devenir la sociedad actual y que al ser analizados en su mayoría, son comparables a determinadas bebidas, que por su amalgama de sabores, resulta imposible degustar su esencia. Ya que estos fragmentos de la historia, al ser concebidos sin la imparcialidad debida, por estar permeados en base a pasiones e intereses, impiden que las actuales y subsiguientes generaciones, puedan crearse un criterio sólido y propio, de tales hechos pasados. 

Tal situación, hace que la historia dominicana, se proyecte como un terreno inhabitable, al que se espera que personas de más larga data, en torno a este tópico hagan los arreglos de lugar, pero al no ser eso posible, de manera independiente debe uno recurrir con sus herramientas compuestas mayormente por la curiosidad, a reparar lo posible de dicho terreno inhabitable, donde la economía, se enmarca dentro de los elementos que han contribuido a estos episodios nacionales, convirtiéndola así en el motor de las soluciones y problemas contemporáneos. 


Por el hecho, de que la economía de la República Dominicana, ha estado estrechamente vinculada a las exigencias, de nuestro mercado exterior. Comenzando por una época colonial, en que los atrasados esquemas de producción, respondían a las necesidades de la Madre Patria España. Con siglos como el XVI y XVII, con un sistema productor en su mayoría de azúcar y derivados de la ganadería, que de haberse desarrollado la primera (sector azucarero, E.D.), hubiese cambiado nuestra realidad histórica y actual, al ser un área donde los trabajadores deben estar especializados por completo. 


Sin embargo, durante el siglo XVIII en adelante, los hateros se convierten en la clase social imperante, siendo esta la única actividad de entrada de dinero, para abastecer las necesidades de bienes de consumo, pasando nuestra economía a depender de la colonia de Saint Domingue (Haití). Referidas acciones facilitan el poderío de los hateros, que es la base lógica de porque duró 22 años la invasión haitiana, que revivió su debilitado poder, el cual se encontraba en descenso, previo a este acontecimiento. Así como el triunfo de los conservadores presidido por Pedro Santana (hatero) sobre Los Trinitarios y Duarte, al igual el logro de otras hazañas para este grupo darse dominante, y que tuvieron su fin con la Anexión a España, como un intento de mantener nuevamente, sus ya fenecidas fuerzas como clase social.


Transcurre el tiempo, y llega el siglo XIX, se diversifica la economía dominicana al ser introducidos productos como el cacao, el café y el tabaco, que se convirtió en el símbolo distintivo de una naciente burguesía, que reñiría el dominio del país a los hateros, y que al ser vencida con Duarte en un principio, se mantiene en lucha, en un proceso que desemboco en la Guerra Restauradora, y que terminaría ganando esa nueva burguesía, cuyas principales bases estaban en el Cibao. Región que de ese momento en adelante, se convertiría en la que económicamente llevaría la delantera, hasta que nacionalmente e inclusive cierto plano, se la disputaría el Este, con la rápida modernización de sus provincias, producto en su mayoría de la instalación de ingenios azucareros y el desarrollo del turismo, llevándose finalmente la capital del país a su región. 


Tras el triunfo, de esa pequeña burguesía en la Restauración, se inicia el largo reinado de la misma, que sería característico por la incesante lucha que llevarían a cabo entre si sectores de ese nuevo grupo social absoluto, y que se vería reflejado en los gobiernos de esa época. Con gobiernos como los de Buenaventura Báez, que estarían al servicio de la estructura más baja de esa burguesía (que normalmente se encontraba en la región Sur), y los gobiernos del Partido Azul, donde el poder estaba en manos de las capas más altas de la nueva burguesía. Fue una etapa de muchas luchas intensas, cambios de gobiernos muy rápidos, y de un gran atraso económico y social, ya que tal estado de lucha impidió que se crearan las bases para un determinado progreso. 


Dentro de todos esos pronunciamientos, en 1879, surge el gobierno provisional de Luperón, luego el constitucional del padre Meriño (el único en terminar su periodo completo de gobierno, luego de la Restauración, E.D.), iniciándose así (con Luperón, E.D.) el dominio del Partido Azul, que se mantendría en el poder por veinte años y echaría las bases de la constitución de una burguesía nacional, cuyo gobernante más notable sería Ulises Heureaux (Lilís), en quien todos vieron, el hombre adecuado para poner fin a los levantamientos armados de la nación, convirtiéndose en el sostenedor de dicho régimen, y de la alta y mediana pequeña burguesía (que en cierto modo le odiaba por sus formas de torturas, E.D.), que pudo crecer debido a los niveles de progreso experimentados en este proceso. 


Tiempo después, el pueblo se divide en grupos a favor y en contra de Lilís, el resultado de las luchas, es la muerte del dictador. Más adelante le siguen una serie de gobiernos, un tanto díscolos, siendo uno de los más influyentes, el de Ramón Cáceres (Mon), que tuvo que enfrentar diversos conflictos, tales como el Imperialismo de USA, pues en esa época los gobiernos debían satisfacer de manera plena sus exigencias, y Mon Cáceres lógicamente debía aceptarlas, para tener el control. Una de las exigencias, fue la convención de 1907, que convirtió en esclava de los USA a la nación de manera formal. Cáceres, con este acuerdo logra mantenerse en el poder, y tenía buenas intenciones como todos los gobiernos del partido Azul, pero durante su mandato las Aduanas, principal fuente económica del país, estaba controlada por los Estados Unidos, y eso le impidió lograr en la medida de lo posible sus buenas intenciones de gobernante, esos desaciertos provocaron ciertos descontentos, entre ellos, el alzamiento de un grupo de jóvenes, con fines de secuestrarle, hecho que termino en un asesinato, y de la misma manera como murió Lilís, moría Mon, en un complot. 


Ciertos convenios hechos por Cáceres, como la Convención de 1907, desembocaron en la intervención de 1916-1924, para garantizar la estabilidad política y los intereses extranjeros de los USA, se inicia un periodo de gobiernos bisagras. Luego, en un momento de crisis económica para el país y los interventores, como resultado del desplome de los precios de los productos de exportación, surge en el momento adecuado un acuerdo propuesto por Francisco Peynado, para que el país pueda recuperar su soberanía que es aceptado sin titubeos por los Estados Unidos, ese convenio se conocería como Hughes-Peynado. Las acciones de dicha intervención militar norteamericana, así como los ambiciosos deseos de poder de los gobiernos subsiguientes a la desocupación, sientan las bases, para producir la dictadura de Trujillo, y allí vemos como “un solo hombre construyo en pocos años, lo que debió hacer una burguesía en R.D. en cien años. 


Surge la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, y esta continúa el desarrollo de las instituciones modernas del Estado, y por primera vez, se profundiza la dominicanidad. El Estado no es lo único que se moderniza y se desarrolla en esa época. Por primera vez la economía dominicana toma un impulso en su desarrollo, del cual el país hasta el día de hoy, a base de la inercia cultural e histórica, continua ejerciendo. Y esa clase capitalista que se fundó durante Heureaux, en la Era de Trujillo se profundiza y se consolida, a pesar de los atropellos que la misma recibió de parte del régimen. Pues, el retroceso histórico al que estuvo sometida la nación, hizo que la sociedad no entendiera que la mayoría de las “acciones criminales de Trujillo, eran la de un burgués y no de un político, pero como dirigía la nación, quedaron plasmadas como políticas”, acciones que había “usado la burguesía industrial europea del siglo XVIII y XIX”, y que en todo el mundo para ese entonces eran repudiadas. 


Sin embargo, contrario a lo que se cree hoy, debemos tener presente lo subsiguiente sobre Trujillo, que expresó Don Juan Bosch, en su magnífica obra Composición Social Dominicana


"Trujillo utilizó a Norteamérica (USA), pero no se dejó utilizar por ella; nunca fue, como se ha dicho muy a menudo, un lacayo de los Estados Unidos; les servía en el campo de la política extranjera, pero los mantenía a raya dentro del país. Al morir en mayo de 1961, sólo quedaban en el país cuatro empresas norteamericanas (que para 1939 eran alrededor de 533, E.D.) importantes: el Central Romana, la Grenada Fruit Company, la Alcoa y la Compañía Dominicana de Teléfonos; esta última se hallaba a pique de ser nacionalizada, pues Trujillo había iniciado una campaña de prensa dirigida a ese fin; en cuanto a la Alcoa, la última enmienda a la Ley de Minas autorizaba al Gobierno a nacionalizarla por cualquiera infracción de las leyes del Trabajo o del Seguro Social. A partir del momento en que desplazó la moneda norteamericana y las sustituyo con moneda nacional, Trujillo organizo una ofensiva sostenida, aunque cuidadosa, para ir desplazando el poder económico-político norteamericano, de manera que este no pudo organizar la oligarquía sino cuando murió el dictador.” 


Y con el establecimiento de esa nueva oligarquía, que se fortalecería en los gobiernos de la década del 70, presididos por Balaguer, volvería la cigüeña social¸ disfrazada de economía, a ser la causante de los principales cambios, a los que estaría sometido la patria, esta vez con nuevos matices tras la muerte de Trujillo, “como la constitución de un Estado Empresarial (personas trabajando en empresas del Estado)” y los “llamados chiriperos (como resultado de que muchos trabajos, tenían bajos salarios, E.D.)”, explicación lógica de porque nuestra economía es informal.


Todos estos elementos adjunto a otros serían la causa de golpes de estado, como el producido al gobierno de Don Juan Bosch, del mantenimiento de muchos años de Balaguer en el poder, el sorpresivo declive de grandes figuras políticas, de incomprensivas alianzas entre partidos que fueron oponentes toda una vida, etc… 


Muchas gracias y que viva la República Dominicana. 



Emilio Doñé

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