Por: Emilio Doñe.
Proclamada
la primera república en 1844 por los padres fundadores, la distribución
territorial de nuestra patria conto con sólo cinco provincias. En ese entonces
las de Santo Domingo, Santiago, La Vega, El Seibo y Azua. Luego surge Puerto
Plata y Samaná (en 1865), Monte Cristi (en 1879), Barahona (1881), San Pedro
Macorís (1882), Espaillat (1885) y Duarte (1896).
Pasando el
país de 5 a 12 provincias. Las cuales incluían territorios pertenecientes en la
actualidad al lado haitiano y que fueron otorgados décadas más tarde a título
personal por Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Del año 1932 a 1961, el país amplio de 12 a 27 provincias; teniendo algunas de esas nuevas provincias nombres del dictador Trujillo o de familiares del mismo. Ejemplo, la provincia Trujillo creada en 1932 (por la ley 397) y posteriormente llamada San Cristóbal.
Del año 1932 a 1961, el país amplio de 12 a 27 provincias; teniendo algunas de esas nuevas provincias nombres del dictador Trujillo o de familiares del mismo. Ejemplo, la provincia Trujillo creada en 1932 (por la ley 397) y posteriormente llamada San Cristóbal.
Provincias 1930 República Dominicana.
Transcurrido el tiempo, la cantidad no se mantiene allí y en 1982 se crea la provincia Monseñor
Nouel y se habilita la provincia Monte Plata (que había sido instaurada en 1938
con el nombre de Meriño y en 1944 fue suprimida para que forme parte de San
Cristóbal; cabe decir que Monseñor Nouel y Monte Plata fueron iniciativas de la
labor de diputado, del hoy fenecido Hatuey de Camps). El 3 de diciembre de 1984 vía la ley 245, se
crea Hato Mayor, dividiendo aún más la provincia el Seibo (primera del este).
El 6 de
septiembre del 2000 se crea la provincia San José de Ocoa y por medio de la ley
163-01, el 16 de septiembre de 2001 es separada la provincia Santo Domingo del
Distrito Nacional. Teniendo el país finalmente 31 provincias y un Distrito
Nacional. Mediante 25 promulgaciones entre leyes y decretos, que respondieron
en su mayoría a intereses políticos partidarios.
Una
cantidad excesiva e innecesaria de provincias. Cuya única razón de ser, es que básicamente
tienen representación legislativa en el congreso nacional, que casi siempre es
un sello gomígrafo del poder ejecutivo de turno y no de los intereses de sus
demarcaciones.
Estas 32 provincias son una representación histórica de que el territorio dominicano, ha sido sometido a una fragmentación basada en intereses particulares, que han restado importancia a los parámetros geográficos establecidos por especialistas en manejo del territorio.
Estas 32 provincias son una representación histórica de que el territorio dominicano, ha sido sometido a una fragmentación basada en intereses particulares, que han restado importancia a los parámetros geográficos establecidos por especialistas en manejo del territorio.
Lo que nos
convierte en una nación contradictoria, pues en términos territoriales somos
unos de los países más pequeños de Latinoamérica y uno de los que más
divisiones políticas posee; 32 provincias en apenas 48, 670 kilómetros
cuadrados.
Si tomamos Costa Rica, que en territorio es parecido al nuestro, posee a penas 7 provincias, Argentina con 2, 780, 400 km² tiene 24 provincias, Brasil con 9, 371, 179 kilómetros cuadrados tienen 27 provincias (estados), Venezuela con más de 916 mil km² tiene 23. En fin, tenemos demasiadas provincias.
Si tomamos Costa Rica, que en territorio es parecido al nuestro, posee a penas 7 provincias, Argentina con 2, 780, 400 km² tiene 24 provincias, Brasil con 9, 371, 179 kilómetros cuadrados tienen 27 provincias (estados), Venezuela con más de 916 mil km² tiene 23. En fin, tenemos demasiadas provincias.
Constituyendo
esto una burocracia innecesaria y costosa para nuestro país, lo cual crea la
necesidad de que lo más pronto posible se reduzca en la nación el número de
provincias.
En mi opinión particular deben existir sólo 7 provincias en el país (las cuales no citaré en este espacio, para evitarme situaciones futuras). Elemento que resultará cuesta arriba, ya que para el poder político establecido representará un menor número de senadores y diputados.
En mi opinión particular deben existir sólo 7 provincias en el país (las cuales no citaré en este espacio, para evitarme situaciones futuras). Elemento que resultará cuesta arriba, ya que para el poder político establecido representará un menor número de senadores y diputados.
Para poder
realizar esa reducción de provincias, se necesitará de una modificación constitucional,
lo que representa un momento oportuno para la creación de un congreso
unicameral, donde sólo exista la cámara de diputados. Eliminado el senado, tiene
que ser disminuido el número de diputados y obligarlos legalmente, a que tengan
que presentar un mínimo de dos proyectos de ley por periodo, en beneficio de la
demarcación que los elige.
De igual, que el periodo presidencial se extienda
a seis años sin derecho a reelección, más la realización de referendos
intermedios de validación. Y que junto con la promulgación de esa nueva
constitución, se elimine el congreso por un periodo de cuatro años para
reformar la forma de actuar del poder legislativo que hasta el momento ha sido
muy deficiente. El dinero del congreso correspondiente a esos 4 años puede
desarrollar dos regiones del país.
Por otro
lado, también debe eliminarse el papel del gobernador provincial cuya labor se
ha visto muy reducida con los años, ya que dado lo pequeño de nuestro
territorio y los avances tecnológicos, la capacidad de respuesta del ejecutivo
es más rápida. En caso de que los gobernadores continúen existiendo, deben ser
elegidos por la voluntad popular.
Aunque
anteriormente está planteada una gran reducción de legisladores, en el orden
municipal debe hacerse una disminución de municipios, pero en menor grado.
Así como soñó el patricio Juan Pablo Duarte, los municipios deben tener cada vez mayor importancia y ser una autoridad igualitaria al poder ejecutivo, legislativo y judicial. Incluso deben manejar mayor cantidad de recursos, con un notable control en la administración de los mismos. Pues, las alcaldías o municipios son la forma más democrática y directa de gobernar que tenemos, debemos fortalecerlos.
Así como soñó el patricio Juan Pablo Duarte, los municipios deben tener cada vez mayor importancia y ser una autoridad igualitaria al poder ejecutivo, legislativo y judicial. Incluso deben manejar mayor cantidad de recursos, con un notable control en la administración de los mismos. Pues, las alcaldías o municipios son la forma más democrática y directa de gobernar que tenemos, debemos fortalecerlos.
Con esta
reducción significativa se tendrá una fuerte economía presupuestaria y el
dinero llegará más a los habitantes, ya que se refuerzan los municipios. Al brindarle
más importancia.
Además, una
adecuada división territorial es una herramienta de suma importancia para la
administración y planificación política, económica y social de las naciones;
por ende, el criterio que guíe estas acciones debe sustentarse en razones técnicas
que puedan responder a las peculiaridades geográficas del territorio y el
desarrollo social del mismo.
Esto con
miras a alcanzar una división político-administrativa funcional que garantice
el ejercicio del gobierno y la buena administración.
En tal sentido, se requiere transformar la división del territorio dominicano en un instrumento eficaz que ayude a la materialización del nivel de desarrollo, que aspiran todos nuestros compatriotas. Y el tiempo es ahora o nunca.
En tal sentido, se requiere transformar la división del territorio dominicano en un instrumento eficaz que ayude a la materialización del nivel de desarrollo, que aspiran todos nuestros compatriotas. Y el tiempo es ahora o nunca.
Muchas
gracias y espero el presente haya sido del agrado. Dios les conceda una feliz noche.
Aquí el link del escrito anterior, QUE ESPERAR LUEGO DEL CORONAVIRUS:
https://edumilio.blogspot.com/2020/05/que-esperar.html
Aquí el link del escrito anterior, QUE ESPERAR LUEGO DEL CORONAVIRUS:
https://edumilio.blogspot.com/2020/05/que-esperar.html
Excelente trabajo. Es lamentable que un país tan pequeño tenga tantas provincias. Cómo sociedad dominicana, damos pena. Creo que ya no hay nada que hace, la política nos arropa y al mismo tiempo nos matas.
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