Por: Emilio Doñe.
De los presidentes dominicanos sin duda alguna los más conocedores del tigueraje o habilidad dominicana han sido Rafael Trujillo, Ulises Heureaux (Lilis), el sacerdote Fernando Meriño y Joaquín Balaguer, esté último un especial experto de la historia patria.
Tras sus doce años consecutivos de gobierno, el presidente Balaguer entró en una etapa de debilidad política producto de las oscuras manchas de su mandato, lo que le convertía en presa fácil de sus adversarios políticos y no políticos, por lo que decidió imitar el ejemplo del personaje Máximo Gómez.
De proyectar una imagen de completa debilidad política y hasta de carácter físico enfermizo, a los fines de que sus adversarios le tomaran pena y no lo vieran como una amenaza; ver al presidente Balaguer como un muerto político.
Y es que, aunque el generalísimo Máximo Gómez desde sus 16 años participó en la guerra de independencia, teniendo una aportación destacada en 1855 en la batalla de Santomé en San Juan de la Maguana; cuando llegó la guerra de restauración Máximo Gómez peleó al lado de su líder Pedro Santana que estaba a favor de la anexión a España.
Al final los españoles fueron vencidos y los dominicanos que participaron en pro de la anexión tuvieron que abandonar el país, ese fue el caso de Máximo Gómez que debió marcharse rumbo a Cuba con su familia.
Descontento con el trato del ejército español, en Cuba Máximo Gómez participó en la guerra de los diez años (1868-1878) a los fines de que Cuba logrará la independencia de España.
En ese proceso bélico logró el rango de general por su valentía y estrategias militares, pero por las divisiones internas entre los guerrilleros, Máximo Gómez decidió abandonar la causa y se marchó de Cuba junto con su familia.
Y se la pasó de país en país buscando mejor vida, duró un tiempo Jamaica, en Honduras, en Costa Rica, en Panamá donde trabajó en la construcción del canal y luego de tanto divagar de una nación a otra, no le quedo de otra que volver a República Dominicana en 1888.
Y para no llamar la atención, se estableció en la remota provincia de Monte Cristi en un bajo perfil, se dejó crecer la barba y tomó apariencia de mosquita muerta (termino en RD: haciendo el moribundo).
Mientras Máximo hacia nueva vida en República Dominicana, el prócer cubano José Martí fundaba en 1892 el Partido Revolucionario Cubano que junto con la Trinitaria fueron los únicos partidos de América que lograron la independencia de una nación, la independencia dominicana y la cubana.
Ya en 1895 José Martí viajó a Monte Cristi en busca de Máximo Gómez para contar con su ayuda y liderazgo militar para lograr la independencia cubana; al Martí encontrarse con Máximo Gómez le dice: “Máximo, pero el que está de ayudar eres tú, tu das pena físicamente Máximo”.
Ante esas palabras de Martí, Máximo Gómez se afeitó y se puso mejor ropa, y luego le dijo a José Martí: “Lo que sucede es que si yo hago mucho ruido aquí en RD me pueden hasta matar y me hago el pendejo. Acuérdate que yo luche contra mi país en la guerra restauradora”.
José Martí sorprendido, recuperó el ánimo, firmó con Máximo Gómez el manifiesto de Monte Cristi, que incluía el planteamiento de cómo se lograría la independencia cubana…
Balaguer conocedor de esos acontecimientos, durante los gobiernos de Guzmán y Jorge Blanco, replicó la misma estrategia de Máximo Gómez, mientras en las sombras maniobraba para dividir a sus adversarios.
De manera especial con el proyecto de la presa de Madrigal, que generó una lucha entre Majluta y Jorge Blanco, que hizo que Jorge Blanco apoyará por debajo a Balaguer para las elecciones del 1986, con la esperanza que dada la debilidad física que aparentaba Balaguer duraría poco en el poder y tendría libre el camino para volver en 1990 por el PRD. Y al final Balaguer los engaño a todos…
Ante la debacle y el aparente descontrol que lleva el gobierno actual, más el mal posicionamiento de los partidos tradicionales, quizás muchas personas quieren estar en la fiebre de fuertes críticas, irrespetuosas y sin soluciones al sistema de cosas.
Sin embargo, lo ideal para todos los que tenemos aspiraciones de cara al venidero proceso electoral con Dios delante, es hacer criticas respetuosas y con soluciones en favor de los compatriotas dominicanos, pero sin pretender quemar las naves o evitar guardar la prudencia del respeto, ya que hasta ahora lo único que luce claro es que se creara un gran frente opositor contra el PRM.
Así que puede salir costoso, el asumir ciertas posturas o causas incorrectas que en vez de crear soluciones, profundicen las problemáticas actuales.
Ya que se puede perder lo más por lo menos, no es ser tibios ni aplaudir como las focas, pero el país necesita una gran unidad nacional de todos los sectores, pues como reza Proverbios 22: 3 “El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño.”
Debemos hacer críticas con soluciones concretas, para luego mañana poder tener la moral de reclamar y plantearnos parte de la solución.
Muchas gracias, mis disculpas por las posibles faltas ortográficas por la rápidez y Dios los bendiga.
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