En una gran empresa de la ciudad
capitaí, fue a teneí; un individuo trabajador, decente y de un campo del Noite
del país, llamado Catarey; buscando empleo, para ganaise el peso y mantenei a
su familia.
El dueño de la empresa era un buen
hombre, que por su gentileza y cortesía se había ganado el aprecio al igual que
respeto de sus empleados, pero de vez en cuando aparecían individuos que se la
daban de tigres y no del licey, con el patrono de la empresa por su forma.
Sin embargo, resulta que había un
trabajo de guachimán, para Catarey, el cual no dudó en aceptarlo, por ser la única
fuente de empleo existente. En la primera semana de labor no había vigilante
más eficiente y notable que ese. Hasta que al pasar unos días, Catarey se
empezó a juntar con Remigio (Mafia entre amigos de andanzas), personaje de
acusadas y no probadas acciones, como las de robarse algunos elementos de la
empresa, para el bien particular de sus vicios.
******
Un día estando Catarey, muy
cansando tras haber amanecido vigilando, expresa su pesar a Mafia, diciéndole
este: - y porque tú no te duermes de noche Catarey, para que descanses, además
quien va a entrar en este negocio, y nadie va a saber, que duermes de noche. A lo
que Catarey responde: “no Remigio, yo tengo que actuai con seriedad y rectitud,
si me dueimo no estoy cumpliendo con mi trabajo”.
Entonces Remigio, le dice: que
pendejo tu´ta Catarey, ve un día al bosque y verás que los arboles rectos son
los primeros que cortan para hacer madera, y los torcidos los dejan en pie.
Catarey sin palabras y sorprendido, sólo expresa: - es veidad lo que tú dices,
tengo que pensar más en mí.
Y
así hizo Catarey, pensó más en sí. E inicio a dormirse durante sus
jornadas nocturnas de labor, hasta que le llego ese momento en que como a
cualquier ser humano, la vida y el tiempo se encargan de sacar a relucir esas
indebidas acciones.
Por
lo que un día, aprovechando Catarey y tras pretender varios días de forma
infructífera hablar con su jefe; ve que un día el mismo llega más temprano de
lo normal; a lo que sin temor le dice: -Jefe Luis, Jefe Luis. ¡Deme su cédula!
¿Y
para qué? Le dice rápidamente Luis.
Oh!
Usted no sabe, que anoche me soñé con usted Jefe Luis, y le estoy pidiendo el
número de cedula pa jugailo en la loto, agregó Catarey.
Tras
escuchar esto el Jefe Luis, se dirigió donde Bianca la encargada de Personal, y
dijo: “despídanme a Catarey”. Y todos preguntaron la razón de dicha decisión,
sobretodo Catarey. Por lo que el Jefe Luis expreso en voz alta: oh, pero
Catarey que es el que debe amanecer vigilando, me dijo que se soñó conmigo, lo
que indica que se la pasa durmiendo aquí en el trabajo.
******
Con lágrimas en
el rostro, tuvo que irse de regreso hacia el Cibao, con la imagen dañada por
buscar determinados ventajismos, que le han hecho entrar en estado de reflexión
en medio de su crisis económica.
Es por ende que
esta historia debe llamarnos a no manchar nuestra trayectoria, por vivir lo
fácil, ni llevarnos de malos consejos, aun cuando vienen de quienes expresan
ser nuestros amigos, para que no nos agarren asando batata como al pobre
Catarey.
Muchas gracias y
espero haya sido del agrado.
Emilio Doñé
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